
La sonrisa, formada por la boca ante una orden del cerebro, a menudo es lo primero que la gente nota cuando nos mira. Es la expresión facial que más atrae a otros. Con la ayuda de los dientes, que brindan el sostén estructural para los músculos faciales, la boca también participa cuando fruncimos el ceño y al manifestar muchas otras expresiones faciales.
La boca también cumple una función clave en el aparato digestivo, y hace mucho más que iniciar la digestión. La boca, especialmente los dientes, los labios y la lengua, es esencial para el habla. La lengua, que nos permite saborear, también nos permite formar las palabras cuando hablamos. Los labios que delinean la parte exterior de la boca nos ayudan a sostener los alimentos cuando masticamos y a pronunciar las palabras cuando hablamos.
En cuanto a los dientes y la lengua, los dientes ayudan a formar las palabras controlando el flujo de aire que sale de la boca. La lengua golpea los dientes cuando se producen ciertos sonidos. El sonido z, por ejemplo, se produce colocando la lengua contra la hilera superior de dientes. Si la lengua toca los dientes al pronunciar palabras con el sonido s, es posible que usted sesee.
Las sustancias más duras del cuerpo, los dientes, también son necesarios para la masticación, el proceso por el cual desgarramos, cortamos y molemos los alimentos en preparación para la deglución. La masticación permite la liberación de enzimas y lubricantes en la boca que promueven la digestión, o descomposición, de los alimentos. Sin los dientes, sólo podríamos comer alimentos blandos y pisados. ¡No podríamos disfrutar tanto de la comida!
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